Optar por unas ventanas más eficientes en el hogar no es una cuestión baladí, realmente puede marcar la diferencia en nuestro bienestar y también en el recibo de la luz.
Cuando hablamos de apostar por la instalación de ventanas eficientes nos referimos a usar este recurso para maximizar la eficiencia energética de los recursos de nuestro hogar y minimizar el gasto de energía. Según un informe de la OCU, contar con ventanas eficientes nos puede ahorrar alrededor del 20% en la factura de luz y gas.
Unas ventanas poco eficientes son aquellas en las que se producen entradas o fugas, dejando entrar o salir el calor de la estancia, y permiten que entre el frío del exterior. Por lo tanto, unas ventanas eficientes energéticamente son aquellas que reducen al máximo las pérdidas de calor, y que aíslan térmicamente la vivienda del exterior.
Cuando se producen fugas a través de las ventanas, es más difícil mantener una temperatura confortable y correcta en el hogar, lo que nos obligará a recurrir a sistemas de climatización. Hay que tener en cuenta que, por lo general, el gasto energético (luz o gas) más alto que se produce en el hogar es el que proviene de la calefacción. Con unas ventanas eficientes, no necesitaremos utilizar climatizadores artificiales o los tendremos que usar menos, lo cual supone un ahorro económico más que considerable.
Además, la reducción del gasto energético en el hogar tiene un efecto directo en la protección del medio ambiente, ya que se reduce considerablemente el número de emisiones de CO₂ que se producen.
¿Cuáles son las ventanas más eficientes?
Lo cierto es que, a la hora de encontrar las ventanas más eficientes, no existe una solución única, del mismo modo que no existe un hogar único. Algunos materiales son mejores aislantes térmicos que otros, y hay sistemas de apertura que pueden resultar más eficientes que otros, pero lo más importante es que nuestras ventanas se adapten al entorno.
Muchas ventanas, junto al marcado CE (que indica que un producto cumple con la normativa exigida por la Unión Europea), cuentan con una etiqueta de eficiencia energética que indica cuáles son los tipos de ventana más recomendados según el clima en el que se vayan a utilizar. Básicamente, se califica las ventanas con etiquetas desde la A hasta la G según su grado de transmisión térmica (si dejan “escapar” más o menos calor) y se indica cuál es la calificación óptima para distintas zonas climáticas.
Invertir en adquirir unas ventanas más eficientes siempre va a suponer un ahorro a largo plazo. Pero es cierto que si, por ejemplo, vivimos en una zona donde no hace demasiado frío, es posible que no sea necesario colocar unas ventanas extremadamente aislantes. En este caso, con una inversión menor puede ser suficiente para encontrar unas ventanas con un grado de eficiencia energética óptimo. Tal y como indica el citado informe de la OCU, lo más recomendable es encontrar un equilibrio entre inversión y ahorro: encontrar las mejores ventanas para lograr el máximo grado de eficiencia energética según las condiciones de nuestro hogar.
Habrá que tener en cuenta cuáles son las condiciones climáticas y también cuáles son las características de nuestro hogar, por ejemplo, su orientación o el tipo de construcción o antigüedad de la misma. No solo el aislamiento térmico influye en una mayor eficiencia energética de las ventanas, sino que también ayudan cuestiones como el aprovechamiento de la luz solar (lo que influirá en el diseño de la ventana y su composición) o la correcta ventilación de las estancias.
Mejores ventanas según los materiales
Como decíamos, no hay una única solución para conseguir que nuestras ventanas sean más eficientes. Hoy en día, existen múltiples opciones de diseño, apertura, tipo de cierre o de acristalamiento que permiten producir ventanas de alta eficiencia en distintos materiales y tamaños.
Aun así, aunque siempre se pueden encontrar soluciones que se adapten a nuestros gustos y necesidades, hay materiales que son más eficientes energéticamente que otros. Esto se debe simplemente a que unos son mejores transmisores térmicos que otros, es decir, que unos cambian de temperatura rápidamente, mientras que a otros no les afecta.
En un principio, el mayor grado de eficiencia energética se encuentra en las ventanas de PVC. El policloruro de vinilo es un derivado del plástico poroso, por lo que su transmisión térmica es muy baja.
Por otro lado encontramos al aluminio, que si bien es verdad, es un metal y, por lo tanto, un gran transmisor del calor y del frío. Con la poliamida se logra esa rotura de puente termico, logrando aislar el interior del exterior, el aluminio también es un material muy resistente, que se conserva muy bien, por lo tanto, tiene una alta durabilidad, y que además es 100% reciclable.
En cuanto al vidrio, se trata de otro material que cambia de temperatura rápidamente, pero, al igual que sucede con el aluminio, si es necesario se puede reducir su capacidad de transmisión de temperatura con tratamientos y composiciones, como los bajos emisivos o el control solar.
Ventanas más eficientes según el tipo de apertura
En general, hay algunos tipos de apertura que hacen que nuestras ventanas sean más eficientes; básicamente, las abatibles son más eficientes energéticamente que las correderas porque se cierran a presión, por lo que tienen una mayor estanqueidad y un mayor aíslamiento térmico y acústico.
Esa es la teoría, pero en la práctica la mejor solución dependerá de las necesidades de nuestro hogar. Por ejemplo, podríamos pensar que una puerta o ventana corredera con el marco de aluminio sería poco eficiente energéticamente y, sin embargo, puede ser la mejor opción si vivimos en un clima cálido, ya que esta ventana nos ayudará a aprovechar mejor los recursos naturales (luz solar, corrientes de aire) para aclimatar nuestro hogar.Lo que sí es válido para todo tipo de diseños y climas es la importancia de una buena instalación. La mayoría de fugas de calor se produce por una mala adaptación del marco de la ventana a la pared. Si queremos tener las mejores ventanas desde el punto de vista de la eficiencia energética es fundamental que el sellado sea correcto, por eso debemos contar siempre con profesionales en este campo.