A simple vista, las ventanas correderas con sistema elevable se pueden confundir con ventanas oscilobatientes. Sin embargo, son muy distintas. Las correderas elevables utilizan un sistema que suma todavía más ventajas a los beneficios que tienen de por sí las ventanas correderas tradicionales.
De los diferentes estilos de ventanas que existen, las denominadas correderas -por la forma en que se abren, deslizándose las hojas sobre unos carriles (también llamados raíles o guías)- son de las más comunes. Esto es debido a la comodidad que ofrecen y a que son ventanas con las que se aprovecha mucho el espacio, ya que se mueven sobre un único eje.
Además, se adaptan a diferentes tamaños y se pueden instalar prácticamente en cualquier sitio, permitiendo la ventilación variable. Su manejo resulta sencillo y seguro, puesto que se evitan posibles golpes o problemas con los cantos de los marcos que a veces se dan en las ventanas con bisagras, y cuentan con sistemas de cierre multipunto antirrobo, a los que se pueden sumar diferentes complementos para ofrecer todavía mayor seguridad.
En las ventanas correderas que utilizan un sistema elevable se dan todas estas ventajas, pero, además, se refuerza la seguridad gracias a la hermeticidad de su cierre, que también proporciona altas prestaciones en aislamiento térmico y acústico. A esto se suma el hecho de que prácticamente desaparece el carril/carriles de la parte inferior de la ventana, por lo que se eliminan barreras arquitectónicas.
Qué es una ventana corredera elevable
Las ventanas correderas que cuentan con un sistema elevable están pensadas principalmente para los formatos grandes, especialmente puertas correderas. Este sistema permite manejar fácilmente grandes hojas de vidrio sin dificultad y con total seguridad, tanto a la hora de utilizar la ventana como de cara a evitar allanamientos a través de las ventanas.
Explicado de manera sencilla, podemos decir que la principal diferencia entre las ventanas correderas tradicionales y las correderas elevables es que, en lugar de descansar sobre el carril, están metidas en él y, para deslizarse, se tienen que “elevar” ligeramente.
En lugar de utilizar burletes para ofrecer mayor estanqueidad, las ventanas elevables utilizan unos herrajes que las levantan y permiten que se deslicen sobre unas ruedas que van metidas en el carril. Por ese motivo, porque el marco digamos que “cae” sobre el rail cuando la ventana está cerrada, el sistema elevable ofrece una gran hermeticidad.
Para abrir y desplazar la ventana, simplemente hay que accionar una cremona o manilla; esta cuenta con dos varillas de hierro que se encajan en dos huecos para que la ventana esté totalmente cerrada. Así pues, cuando se cierra, la seguridad es muy alta y, para abrir, simplemente hay que mover la cremona y empujar ligeramente la ventana sobre el carril. El desplazamiento de las ventanas correderas elevables es muy fluido, sin “trompicones”.
Este sistema elevable permite muchas combinaciones en las correderas, utilizando normalmente 2, 3 y hasta 4 carriles: puede haber una hoja fija y otra que se mueva; dos hojas deslizantes; una fija y dos movibles a los lados de esa hoja fija; dos fijas en las esquinas y dos movibles en el centro; o 4 hojas movibles sobre dos carriles.
Las ventanas correderas elevables son altamente personalizables, ya que se adaptan a diferentes tamaños y la perfilería de los marcos está disponible en distintos colores y acabados.
Ventajas del sistema elevable en correderas
Las principales ventajas del sistema elevable en correderas son la seguridad, el alto confort térmico y acústico que ofrecen, su durabilidad y que permiten la entrada de mucha luz.
El perfil de la guía inferior de una ventana elevable está prácticamente totalmente empotrado en el suelo o la pared, por lo que se eliminan los obstáculos que puedan suponer estos carriles, especialmente en las puertas correderas.
Aumenta la seguridad a la hora de convivir con estas ventanas, pero, gracias a la alta hermeticidad de la ventana y su sistema de cierre, también son muy seguras frente a posibles intentos de allanamiento. Las puertas correderas elevables se pueden adaptar al paso de sillas de ruedas.
El hecho de que las ruedas de la ventana estén incorporadas en el raíl hace apenas queden huecos, lo que contribuye a un mayor aislamiento térmico y acústico, que se puede reforzar con la utilización de una doble o triple hoja de vidrio. Este sistema elevable también tiene la ventaja de que puede soportar cristales de gran peso y que, aun así, sean fáciles de manipular.
Las ventanas correderas pueden incorporar sistemas anti falsa maniobra, que permiten un cierre suave y amortiguado. La apertura de la ventana con este sistema elevable se produce de una manera suave, por lo que se evitan golpes; esto contribuye a la alta durabilidad de las ventanas correderas elevables.
Estas ventanas, ideales para grandes formatos, permiten la entrada de luz y aire variable sin renunciar a la seguridad y el confort. Todo ello contribuye a aumentar la eficiencia energética en el hogar, ya que no solo permiten la iluminación y ventilación natural, sino que, cuando están cerradas, su cierre hermético mantiene la temperatura del interior.