Un buen uso de las persianas cumple con distintos objetivos: refuerza la capacidad del aislamiento térmico de las ventanas, ayuda al bienestar en el hogar, e incluso permite ahorrar en la factura de la luz. Son tremendamente funcionales y versátiles, y se presentan en una variedad de modelos que permite cumplir también una función estética.
Las persianas son una solución cómoda, rápida, eficaz y económica para encontrar el confort térmico en los hogares que se ubican en climas cálidos. A diferencia de otros complementos para cerramientos que son menos consistentes, como por ejemplo las cortinas, las persianas pueden ejercer como bloqueo a la entrada de calor al tiempo que permite la entrada de luz.
Al mismo tiempo, en las clásicas persianas enrollables de cajón, las pequeñas aberturas entre las tablas de la persiana permiten la entrada de aire y luz, lo que ofrece más posibilidades para regular la temperatura en el hogar.
En combinación con las ventanas, y bien utilizadas, nos pueden ayudar a ahorrar de manera notable en la factura eléctrica, puesto que al permitir o evitar la entrada de luz y calor del sol, gradúan la visibilidad y temperatura del interior de manera natural reduciendo así el uso de sistemas de iluminación y climatización artificial.
Pese a tratarse de un sistema muy sencillo, resulta muy útil y eficiente para disfrutar de los climas soleados y mantener a la vez el confort en el hogar.
Cómo sacar provecho a las persianas en los días de calor
Gracias a las persianas podemos controlar la entrada de luz, pero, también, aunque resulte menos obvio, de calor, en especial con las persianas de PVC, que es un material con una transmitancia térmica mucho más baja que la del vidrio -es decir, que se calienta mucho menos que el cristal de la ventana.
A la hora de utilizar las persianas de manera adecuada, hay que tener en cuenta distintas variables como la orientación de la ventana o las corrientes que se puedan producir. Según un estudio del Departamento de Energía de Estados Unidos, entre un 75% y un 80% de los elementos que se utilizan para cubrir las ventanas, ya sean persianas, contraventanas u otros, siempre se mantienen en la misma posición. Este es un gran error, puesto que el sol no está siempre en la misma posición ni las condiciones climatológicas son siempre las mismas en ningún tipo de clima.
Por lo general, en los climas soleados, a primera hora de la mañana hay luz, pero las temperaturas son más bajas. Es entonces cuando debemos aprovechar para subir las persianas y abrir las ventanas. No solo es necesaria la ventilación, sino que además la luz solar tiene un efecto desinfectante, de limpieza sobre el hogar.
Antes de que empiece a hacer más calor en el exterior, podemos ayudarnos de las persianas para mantener una temperatura más fresca en el interior. Dependiendo de si la incidencia solar es directa o no, y también del calor que haga, podemos subir más o menos la persiana y permitir una mayor o menor entrada de luz. De ello también dependerá si mantenemos la ventana abierta o no.
En cualquier caso, las persianas aislarán del calor, pero siempre permitiendo la entrada de luz suficiente como para permitir la visibilidad en el hogar sin tener que recurrir a la iluminación artificial. Si hay corrientes de aire que podamos aprovechar, se puede bloquear la luz solar que haría que suba la temperatura en el interior, pero permitir al mismo tiempo la entrada de ese aire.
La mayor ventaja de las persianas es la alta capacidad de control que ofrecen; pueden desde funcionar como un bloque que proteja el interior de la temperatura exterior y de la luz solar directa, que puede resultar muy molesta, hasta desaparecer por completo en el cajón de la persiana. Entre una posición y otra, existen múltiples opciones según las necesidades que tengamos.
Persianas y otros complementos de ventanas y cerramientos
Las persianas de PVC, aunque son menos resistentes que las de aluminio, son las que mejor funcionan en cuanto a aislamiento térmico. Pero puede que no sea necesario ese aislamiento y sean suficientes otras opciones que nos permitan la entrada de luz y disfrutar del sol de los climas cálidos.
Ahora en desuso, pero muy utilizadas antaño en las zonas con climas soleados, como el Mediterráneo, las persianas alicantinas (persianas de tablas enrollables a través de un cordel) también permiten regular la entrada de luz y ofrecen privacidad. Sin embargo, es cierto que están hechas de materiales no muy consistentes, por lo que no ofrecen un fuerte aislamiento térmico.
Ocurre lo mismo con las persianas apilables, que se suelen utilizar más en interiores por una cuestión de privacidad o en ventanas exteriores de climas menos cálidos para aprovechar la luz. Estas persianas permiten una mayor entrada de luz y aire que las persianas de cajón, pero también permiten la transmisión del calor (o el frío) desde el exterior.
Aun así, aunque no aíslen tanto del calor, este sistema de tablas regulables se utiliza y resulta muy útil en otro tipo de cerramientos y complementos, como los techos móviles o las pérgolas bioclimáticas.
En cuanto a los estores y los toldos, puede que no cubran todas las funciones que logran las persianas, pero tienen también su utilidad y pueden ser buenos complementos para las ventanas en los climas soleados. Los estores no son buenos aislantes, pero son útiles para crear ambientes a través de la entrada de luz sutil. Por su parte, los toldos son una alternativa especialmente buena en ventanas o puertas balconeras donde se puedan crear corrientes de aire; no tienen toda su versatilidad, pero, como las persianas, permiten la entrada de luz sin que sea de forma directa y también la de aire.