Las ventanas abatibles, también conocidas como batientes, son tremendamente populares, ya que suponen el formato de apertura más tradicional. Son aquellas cuya perfilería incorpora bisagras y la hoja se abre hacia fuera del marco; se oponen a las ventanas correderas, cuya apertura se produce deslizando la hoja por los raíles de los marcos.
Ambos tipos de ventanas tienen sus propias ventajas, pero lo que caracteriza a una ventana abatible es su alta capacidad de aislamiento térmico y acústico, debido a que su cierre es más hermético. Esto, además de aportar confort, contribuye a la eficiencia energética en el hogar, lo cual no solo tiene un positivo impacto en el medioambiente, sino también en la economía doméstica.
Siempre se ha pensado en las ventanas abatibles como la tradicional, la que abre sus dos hojas por el eje vertical, hacia dentro o hacia fuera de la estancia, pero, en la actualidad, este tipo de ventanas cuenta con muchas opciones diferentes. La versatilidad es otra de las muchas ventajas que ofrece la ventana abatible.
Tipos de ventanas abatibles
Como decíamos, las ventanas abatibles o batientes se definen y diferencian de las correderas por la manera en que se abren. Y, dentro del conjunto de las abatibles, es decir, en las que la hoja de la ventana se puede girar sobre un eje, hay diferentes tipos.
El tradicional es el eje vertical. Normalmente son ventanas de tamaño medio que conectan las estancias del hogar con el exterior. Al moverse toda la hoja de la ventana, cuando se abre, ocupa espacio en el interior (antiguamente era más común que se abriesen hacia afuera, pero esto resulta más incómodo para abrir y cerrar cómodamente la ventana). Por ello, normalmente estas ventanas están en salones o dormitorios amplios, con espacio para maniobrar fácilmente a la hora de abrir y cerrar, y que no molesten las hojas de la ventana cuando está abierta.
Este tipo de abatible es el paradigma de ventana por un motivo: ofrece el máximo nivel de ventilación. Son las únicas que se abren completamente; las abatibles por el eje horizontal no se abren del todo, no llegan a formar un ángulo de 180 grados, y las correderas solo pueden abrirse hasta la mitad como máximo.
Por este motivo, las ventanas abatibles por el eje vertical son habituales, siempre que sea posible, en estancias como el salón, la cocina o el dormitorio, lugares donde se “hace vida” y el ambiente puede llegar a cargarse, y donde es recomendable ventilar a diario.
Otro tipo de ventana abatible, cada vez más común, es la que se abre por el eje horizontal, hacia abajo. Estas ventanas no se abren del todo, pero resultan muy funcionales. Ofrecen soluciones prácticas como la posibilidad de instalar ventanas en superficies muy inclinadas, por ejemplo, los techos de las buhardillas, o en lugares poco accesibles como los entresuelos.
Así, las ventanas batientes que se abren hacia abajo, y quedan sostenidas por un tope que no permite que la hoja caiga (con sistemas cada vez más sofisticados y seguros), son habituales en espacios que necesitan ventilación, aunque sea mínima, pero donde es difícil instalar una ventana que se abra completamente. Son comunes en los baños, sótanos o pasillos, por ejemplo.
En tercer lugar, tenemos una ventana batiente que es la combinación de las dos anteriores: la oscilobatiente. Estas ventanas se pueden abrir tanto por el eje vertical como por el horizontal. Su mayor ventaja es, lógicamente, la versatilidad, ya que permite la ventilación de los espacios sin ocupar demasiado sitio, pero, cuando es posible, también se puede abrir del todo y aprovechar al máximo los recursos naturales.
Esta característica de las ventanas oscilobatientes hace que sean habituales sobre todo en lugares donde el clima es extremo, normalmente, una climatología en la que la que la lluvia es abundante y las temperaturas son bajas. En los días en los que está lloviendo o no podemos abrir durante demasiado tiempo por el frío, las ventanas se abren por la horizontal simplemente para renovar el aire (se aconseja hacerlo siempre, aunque sean 5-10 minutos, y a mediodía, cuando la temperatura es más alta). Aquellos días en los que el clima sea más favorable, se puede aprovechar para abrir las ventanas de par en par.
Ventajas de las ventanas abatibles
Todas estas ventanas abatibles, independientemente del eje por el que se abran, cuentan con sistemas de cierre muy precisos que “sellan” la hoja de la ventana al marco. A diferencia de las correderas, en las que siempre queda un hueco entre el marco de una hoja y otra, aunque sea mínimo, en las ventanas abatibles, las hojas de la ventana se encajan.
Este sistema permite un estancamiento muy alto, de modo que el aislamiento térmico y acústico es mayor que en unas ventanas correderas. Además, la perfilería de estas ventanas suele ser más ancha, lo que permite acoplar más fácilmente una doble o triple hoja de vidrio, lo que aportará un extra de aislamiento y seguridad.
Además del alto aislamiento que ofrecen, hoy en día, la ventana abatible cuenta también con la ventaja de ser muy versátil. Se puede adaptar a espacios físicos y con condiciones muy diferentes, ya que se trabaja en distintos tamaños y formatos. Esto ofrece más control y también más facilidades a la hora de instalar este tipo de ventanas.