La ventilación: los materiales que más se ajustan a la entrada y salida del aire

Ventilación

Ventilar la casa es una acción que se hace “de toda la vida”, y eso no es por casualidad. No nos cansaremos de remarcar la importancia de la ventilación en el hogar, lo necesario que es tanto para asegurar el correcto mantenimiento de las estancias como para proporcionar espacios saludables a quienes los habitan.

La ventilación es necesaria para evitar varias situaciones que afectan la salud de las personas, en los espacios no ventilados: aumenta la densidad de gases contaminantes y tóxicos liberados por diferentes objetos del hogar, productos que utilizamos para limpiar o los humos del tabaco y la cocina, entre otros; se multiplica el riesgo de infecciones, alergias e irritaciones en las vías respiratorias; se contribuye al exceso de humedad, que puede derivar en moho (que contiene esporas nocivas para la salud).

Los espacios ventilados son espacios con aire limpio. La ventilación nos ayuda a regular la temperatura y los niveles de humedad en el hogar, por lo que contribuye a la climatización natural de los espacios. Esto, además de ser necesario para habitar espacios que no sean perjudiciales para nuestra salud, también repercute en la eficiencia y el ahorro energético en el hogar.

Las ventanas más apropiadas para la ventilación en el hogar

Las ventanas son el instrumento principal para la ventilación en el hogar. Gracias a la variedad de formatos y tipos de apertura que ofrecen, sumado a su ubicación y tamaño, permiten un gran control sobre la manera en que ventilamos las estancias.

Existen las ventanas fijas -que no se abren- que cumplen una función importante; permiten disfrutar de las vistas en un espacio totalmente cerrado (y también aprovechar la entrada de luz), pero las encargadas de la ventilación son las ventanas abatibles y las ventanas correderas.

Ambas cumplen con la función de renovar el aire de las estancias, y en los dos tipos se dan varios modelos que cubren distintas necesidades. Disponemos de funcionalidad, diseño y confort tanto en las ventanas abatibles como en las correderas, aunque tienen sus diferencias y la elección de unas u otras dependerá de la situación de la ventana en el espacio y, por supuesto, de nuestras preferencias personales.

Estas ventanas tradicionalmente se han manipulado de manera manual, pero cada vez son más habituales los sistemas de apertura mecanizados, sobre todo en los complementos para exterior como las pérgolas bioclimáticas o las cortinas y correderas de vidrio. La automatización nos ofrece mayor confort e incluso la posibilidad de ventilar espacios en los que la renovación del aire sería difícil sin estos sistemas.

Las ventanas correderas, independientemente de si las abrimos de manera automática o no, cuentan con la ventaja de permitir una ventilación adaptable. Las podemos abrir más o menos y regular así la entrada de aire. Además, su mayor ventaja es que, a la hora de ventilar, no ocupan espacio. Las láminas se mueven sobre el perfil de la ventana, por lo que no invaden el espacio; eso sí, cuando ventilamos con ventanas correderas, solamente se puede abrir la mitad.

En cambio, las ventanas abatibles tienen una gran versatilidad. Al abrirlas, la hoja de la ventana sí ocupa espacio del interior o exterior -más o menos según el tipo de apertura-, pero nos ofrecen muchas opciones diferentes.

Hay tres tipos de ventanas abatibles según el eje por donde se abran: por el eje vertical, por el horizontal, o por ambos (ventana abatible y batiente). Cada una tiene sus ventajas.

Las ventanas abatibles que se abren por el eje vertical permiten la entrada total de aire en el hogar. En pocos minutos, y más si se crea una corriente de aire, podemos tener los espacios ventilados, lo cual puede ser especialmente útil cuando hace frío en el exterior y no queremos tener mucho tiempo abierto.

Las ventanas que se abren en horizontal tienen la ventaja de que permiten la ventilación incluso si está lloviendo, ya que dejan pasar aire, pero no se abren del todo. Son también especialmente indicadas para pasillos, garajes o baños, espacios que pueden ser reducidos y que necesitan ventilación. Este tipo de ventanas son una buena solución para renovar el aire en espacios que pueden no ser fáciles de ventilar.

Lógicamente, las ventanas que son abatibles y batientes ofrecen la doble ventaja de poderse abrir del todo, y también de poderse abrir incluso cuando fuera está lloviendo. Ofrecen tanto un buen aislamiento como una buena ventilación, por lo que son especialmente indicadas para climas fríos y húmedos.

En cuanto a los mejores materiales de las ventanas para la ventilación, podemos decir que los perfiles de aluminio suelen ser más discretos que los de PVC. En una puerta corredera o ventana de gran tamaño, los perfiles de aluminio pueden suponer menor resistencia a la entrada y salida de aire, pero, en realidad, la diferencia es poca. Hoy en día también hay perfilerías en PVC muy minimalistas; este material es mejor aislante térmico que el aluminio, por lo que será más adecuado para mantener los espacios ventilados en climas fríos.

La ventilación cruzada

Además de controlar los flujos de aire y el lugar por donde entra y sale, también es importante pensar en dónde está situada la ventana para poder “jugar” con las corrientes de aire y aprovechar mejor las condiciones climáticas del exterior. 

La ventilación es necesaria siempre, también en invierno cuando hace más frío. En verano, se recomienda ventilar a primera hora de la mañana o por la noche, cuando hace menos calor; en invierno, la mejor hora para la ventilación es a mediodía, cuando hay más sol.

El tiempo que necesitamos para ventilar las estancias del hogar dependerá de distintos factores como el tamaño, la época del año que sea, el clima que haga, el uso que se dé a la habitación que queramos ventilar, etc. Pero, por lo general, con unos 10 minutos es suficiente para renovar el aire. Esta renovación es todavía más eficaz si se hace una ventilación cruzada, es decir, abrir ventanas que estén en direcciones opuestas para crear una corriente entre una y otra.

La ventilación cruzada también se puede hacer con una ventana y una puerta, o incluso entre dos ventanas que estén en el mismo lado -si cerramos la puerta de una habitación y abrimos dos ventanas contiguas, se acabará creando un flujo de aire con entrada y salida que limpiará ese espacio.

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